Velocidad, agilidad, agresividad y alegría

En esta entrada quiero hablar de estos cuatro conceptos, que como ya dije en la entrada anterior, me parecen claves puesto que forman la base de cualquier buen jugador. 
Por ello creo que es deber de todo entrenador, entrene en la categoría que entrene, buscar y ensalzar hasta el nivel más alto estas cuatro facetas en todos y cada uno de sus jugadores.

A todos los entrenadores (o casi todos) nos fascina ver un equipo que juega un baloncesto rápido, vertical, siempre buscando el camino más corto para llegar a la canasta rival.
Y por consiguiente todos (o casi todos) los entrenadores buscamos la manera de conseguir que nuestro equipo practique ese baloncesto.

Pero, ¿Cuál es la manera de conseguirlo?...



Pues en mi opinión, un equipo es la suma de todos sus jugadores, por lo tanto, las cualidades de un equipo se formarán sumando las cualidades de cada uno de sus integrantes.
Con esto quiero decir que si no nos preocupamos de trabajar individualmente a los jugadores, no podemos esperar que evolucionen las características de nuestro equipo.

Y aquí es donde entran en juego estas cuatro, virtudes deberíamos llamarlas, de nuestros jugadores.

¿Cuántas veces hemos oído hablar del "hambre" de los jugadores?
Pues qué es el hambre de los jugadores sino la agresividad.
¿Y qué sienten estos jugadores cuando esa agresividad les lleva a robar un balón, a poner un tapón o a provocar un mal pase del equipo rival?
Pues lo que sienten es satisfacción, alegría, ganas de continuar con esa actitud que les ha llevado a ese estado.
¿Y si además son capaces de convertir ese balón robado en un contraataque y una canasta fácil?
Entonces estamos hablando ya de velocidad y agilidad...

Esta reflexión me lleva cada día a tratar de convencer a mis jugadores de que estos cuatro aspectos les van a ayudar a disfrutar del baloncesto más divertido, más vistoso y más puro, que al fin y al cabo, es de lo que va nuestra labor...